Pulsera elaborada con Cuarzos Hematita, y símbolo doble, Metatrón y Semilla de la Vida hecho en Plata .0925
 
Hema- significa sangre y -tita- piedra, por la tanto la Hematita es también una piedra de sangre.
  Es una piedra muy pesada porque el elemento hierro se halla muy concentrado en ella.  Si el Granate es una piedra de sangre centrífuga y emitía ondas, el Hematites es una piedra de sangre con un movimiento inverso: CENTRIPETO, ya que por medio de ondas, atrae las vibraciones hacia su eje central.

Es un mineral metamórfico, que se forma por la exposición del hierro al oxígeno y se da una oxidación. Así el Hematita tiene la fuerza del hierro y la esencia celeste del oxígeno.  Posee grandes poderes de transformación y de metamorfosis, por el efécto que tiene de transformar uno de los metales mas duros de la Tierra.  Estos efectos se darán en nuestro ADN, en la sangre, en nuestras células y en todos nuestros cuerpos sutiles.
 
La Hematita  trae el poder mágico de dar al cuerpo físico la vibración de nuestros cuerpos espirituales.  El centro de la Tierra es un Gran Hematites y de allí todo el poder transformador en el centro del planeta.  Imagina entonces todo el poder de movimiento que existe al interior de la Hematites, es en realidad mucho mas grande de lo que uno logra captar.
 
Su efecto plateado también la convierte en un gran protector que repele la negatividad y las malas voluntades, para éste efecto la mejor talla es la de esfera.
 
Sobre el cuerpo y los Chakras también puede crear un pantalla reflectora de la negatividad y los miasmas del dolor o bloqueos energéticos.
 
Aunque es plateada por fuera, efecto que viene de cuando la pulen; la Hematita en realidad,  por dentro es roja y si la rallas de inmediato ves el color rojo. De allí también la unión de Cielo y Tierra y que haya sido llamada una piedra de sangre.
Su mecanismo de energía es intro-objetivo.  En el ambiente donde se encuentre, o entre las personas que le rodean, el Hematites provoca este mismo movimiento: El de la concentración de las energías vitales dispersas, concentrando nuestro fluído vital y nuestro psiquismo y dándonos una extraña sensación de fuerza.
Si pasa en prolongado contacto con nosotros, el Hematita moviliza nuestro cuerpo etérico y mental.  Nuestra fuerza interior resulta magnetizada por su influencia y nuestra mente se siente como empujada y fuertemente concentrada.